Por Mari Garcia.
Porque no tengo recibos de pago ni
seguro social, no puedo comprar una estufa
que necesito, en ninguna mueblería y eso me pone triste, comenta Juanita R. trabajadora del hogar o empleada domestica como se les conoce.
Ella tiene 6 años trabajando con la familia
Alvarado aquí en Matamoros, y
como la mayoría de las personas
que se emplean en labores del hogar, no
tiene seguridad social y por lo tanto no puede acceder a prestaciones, licencia médica o de maternidad, pensión o incapacidades.
El trabajo
doméstico se ha considerado una actividad económicamente inferior a otras labores, los sueldos que perciben
las personas que trabajan en casa son
bajos, sin prestaciones y nula capacitación, la mayoría de ellas no cuentan
con un contrato escrito y los acuerdos
con sus patronas son de palabra y así de esta manera quedan sujetas a que las condiciones laborales cambien
de manera arbitraria en
horarios de trabajo, funciones a realizar, vacaciones , días de
descanso etc.
Hace cuanto tiempo que no escuchamos a
quienes nos gobiernan hablar de este tema, que se ocupen y preocupen de las condiciones
de las empleadas domésticas que son explotadas,
humilladas y en ocasiones sufren de abuso sexual por
parte del patrón, hace cuanto tiempo que los y las diputadas no mencionan el
tema y que no promueven los derechos de las trabajadoras domésticas, es un
sector que esta relegado, marginado por la sociedad.
Se
violan sus derechos laborales sin que nadie las proteja, aunque la ley
Federal de Trabajo, en el artículo 333
dice que las trabajadoras domésticas
deberán disfrutar de reposo suficiente para tomar sus alimentos
y de descanso durante la noche y el articulo 334 habla sobre la retribución de la domestica comprende, además del pago en
efectivo, los alimentos y habitación. Para los efectos de esta Ley, los
alimentos y habitación se estimaran
equivalentes al 50% del salario que se pague en efectivo y el artículo 338 hace
referencia que en los casos de
enfermedad que no sea de trabajo, el
patrón o patrona, deberá pagar a su empleada doméstica el salario que le corresponda hasta por un mes,
si la enfermedad no es crónica, proporcionarle
asistencia medica entre tanto se logra su curación o se hace cargo de la
trabajadora algún servicio asistencial,
y si la enfermedad es crónica y la
empleada ha prestado sus servicios
durante seis meses por lo menos, proporcionarle asistencia medica hasta por tres meses. Aquí el problema es que
tanto patrones como empleadas desconocen los derechos laborales contenidos en
la ley, porque nadie se ocupa de darles difusión mucho menos de apoyar a estas mujeres que algunas no
saben ni leer ni escribir y se
aprovechan de su ignorancia, hace falta crear conciencia y reconocer el valor
de su trabajo. Este tema da para más, pero se
nos termina el tiempo.
hasta la próxima.
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