Nada se sabe del paradero de la joven matamorense
H. Matamoros, Tam.- Entre la esperanza
de encontrarla y la desesperación de no ver avances en la investigación,
así trascurren los días para la familia Rosales Santiago desde el 7 de
noviembre, día en que Marisol de 24 años, desapareció misteriosamente de
su domicilio en el Fraccionamiento San Miguel.
“Ella es muy seria, tímida, nunca salía
sola, todos los días hablábamos por teléfono varias veces para saber si
me había tomado mis medicamentos” señala Gertrudis Santiago Martínez,
madre de Marisol, tenía dos semanas de haberse casado y apenas 6 días
viviendo lejos del hogar familiar.
El 7 de noviembre del 2015, parecía un
día común, entre las 8 y 9 de la mañana Marisol habló con Gertrudis, su
madre, para avisarle que llegaría a verla a su puesto del tianguis
después de las dos de la tarde, ya que recién había llegado de laborar
tiempo extra en la maquiladora Autoliv donde tenía un año y medio
trabajando.
“Dieron las dos, de la tarde y no
llegaba así que le marque, pero su teléfono me mandaba a buzón, me
preocupe, a las 4 de la tarde llegó su esposo, y nos preguntó por ella,
nos dijo que a las 2 de la tarde él se metió a bañar ella aún no se
cambiaba la piyama, pero al salir del baño Marisol ya no estaba.
Sus padres Juan y Gertrudis al enterarse
salieron a buscarla, junto con una amiga de Marisol, “fuimos a su casa,
calle por calle, ninguno de sus vecinos supo o escucho nada” aseguran
su madre.
Una chica tímida y responsable
Marisol desapareció de su domicilio
ubicado en el Fraccionamiento San Miguel donde tenía menos de una
semana, recién se había casado y junto a su esposo rentaban ese
domicilio “el domingo cumplían apenas una semana, la primera semana de
casados vivieron aquí con nosotros” indicó su padre Juan Rosales.
Para el matrimonio Rosales Santiago la
vida dio un vuelco de 360 grados, ya que ellos están seguros de que su
hija no se fue por su propia voluntad, “mi hija siempre salía conmigo y
con mi nuera, cuando salíamos lo hacíamos las tres, me llamaba varias
veces al día para saber si estaba bien de salud ya que tengo diabetes,
quería asegurarse que me tomara mis medicamentos” asegura Gertrudis con
la mirada triste.
“Ella era muy temerosa, no le gustaba salir “indica su cuñada, quien acompaña a sus suegros durante la entrevista.
Enfrentan su calvario buscando ayuda.
“Fuimos
a presentar la denuncia nos pidieron que esperáramos 72 horas, así lo
hicimos después de eso hemos estado acudiendo a la Procuraduría a
preguntar como va el caso pero no hay ningún avance no se sabe nada”
dice su madre.
El que una persona desaparezca sin dejar
rastro es una realidad que se va repitiendo en los diferentes rincones
del país ante la indiferencia o el poco interés de las instituciones o
autoridades.
En su pelegrinar por buscar quien les
ayude a localizar a su hija, han tocado puertas que no se han abierto,
muestra de ello es la respuesta que obtuvieron del Gobierno Municipal,
ya que al acudir al llamado Miércoles Ciudadano, cuando los atendieron
solo les dieron a modo de consejo buscar al grupo antisecuestros, sin
decirles cómo o dónde.
“Hablamos con varias licenciadas, no nos
dieron su nombre, y lo único que nos dijeron que buscáramos a los
responsables del grupo antisecuestro”, indicaron los familiares de
Marisol.
“Estamos desesperados, no sabemos qué
hacer, cada que pasa una patrulla estatal o un camión de soldados los
páramos para preguntarles si saben algo del caso, no sabemos que más
hacer” reconocen con la voz cargada de dolor los padres de esta joven
matamorense.
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