miércoles, 15 de diciembre de 2010

Viudas de la frontera

Para muchas mujeres el destino de sus seres queridos que emigraron a los Estados Unidos es un misterio

Por Samara Del Toro




El se despide con una promesa en los labios, ella imagina ¿cómo será la vida con esa ausencia?, pero no hay marcha atrás, para sacar adelante a una familia se requiere fortaleza y debe tenerla, los días pasan y no hay noticias del viajero, las semanas se convierten en meses, y estos en años.


La duda se ha convertido en la certeza de que él no volverá, esta historia la viven cientos de mujeres que enfrentan el fenómeno de la migración desde el seno de sus hogares y con ello la pérdida de sus familiares.


"No sabemos si lo mataron, esta con otra mujer o en la cárcel", dice Delia Torres Landín, desde hace 12 años no tiene comunicación con su esposo Antonio Padrón Moctezuma, quien emigro a los Estados Unidos en pos del "sueño americano".


"Primero decidió irse a trabajar porque yo estaba embarazada, tenía casi siete meses de gestación, y quería juntar dinero para el parto, ya que en los dos primeros embarazos tuve complicaciones y necesitábamos tener un ahorro", dice Delia recordando lo sucedido, la meta se cumplió y su marido regreso pero sólo de forma temporal, ya que volvió a la Unión Americana para trabajar y juntar dinero para una casa.


Esa decisión implico grandes cambios para la familia, Delia empezó a trabajar como comerciante en el tianguis, y asumir el papel de jefa de familia, "al principio si mandaba dinero y venia cada año, pero después de la quinceañera de nuestra hija mayor ya no volvió", la última noticia que tuvo de su esposo fue una llamada telefónica que recibió su hijo, y en la cual le dijo que estaba preso en el estado de Florida, después de ahí nada.


Delia tuvo el apoyo de su familia y regreso a la casa paterna, ahora a más de una década de distancia reconoce que con la espera, llega la resignación aunque la pregunta siempre sigue ahí, ¿dónde estará? "Preso no creo, pero quien sabe, en el último lugar que supimos que estuvo fue en el estado de Florida, después de eso ni sus hermanos volvieron a tener comunicación con él", dice.


Sueño Truncado


Cada año son cerca de 500 mil inmigrantes ilegales que tratan de llegar a Estados Unidos a través del territorio mexicano, según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos -CNDH-, sin embargo no todos cumplen su cometido, muchos son deportados por la Patrulla Fronteriza, y los menos afortunados mueren en la travesía, ya sea intentando cruzar el caudal del río Bravo, otros a manos de asaltantes y algunos más a consecuencia de las peligrosas rutas que eligen.


De acuerdo con los Consulados de México en la frontera norte, hasta el mes de julio del 2010 se tiene registro de 196 mexicanos muertos en la frontera Sur de la Unión Americana, mientras que en el 2009 fueron 369 las personas que fallecieron en su intento por llegar al país vecino.


De esta cifra, según muestran las estadísticas consulares, en lo que va del 2010 son 95 personas sin identificar, mientras que durante el 2009, fueron 135 las personas en dicho estatus, y es que dadas las condiciones en que se aventuran a cruzar la línea fronteriza en caso de un accidente la posibilidad de que la persona no sea identificada es alta.


Esto lo sabe Juana Reyes García, quien después de un mes de búsqueda, supo el destino de su hijo Pedro Duran, cuyo cuerpo fue rescatado del río Bravo por autoridades de Brownsville, Texas.


Juana ni siquiera sabía que su hijo tenía intenciones de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, pero el 17 de mayo del 2010 se localizo su cuerpo en el río y las autoridades consulares no pudieron identificarlo por lo que fue sepultado en calidad de desconocido hasta que su madre lo reconoció a través de fotografías, después semanas de busqueda.


"Lo sacaron del río el 17 de mayo, pero fue hasta el finales de junio que supimos que había pasado con él", menciona la mujer de 53 años, quien reconoce que la ausencia de los restos de su hijo hacen aun más difícil superar la perdida, ya que a tres meses de su muerte aun no se ha logrado realizar el traslado a esta ciudad.


De manera que para ella la odisea aun no termina ya que sigue esperando que el Consulado de México en Brownsville, culmine el trámite para exhumar los restos de Pedro y que una vez incinerado, le entreguen las cenizas de su hijo, a fin de poder velarlo y sepultarlo en su tierra y cerca de su familia.


Distancia que mata


Por si fuera poco aunado al peligro que se corre al intentar cruzar la frontera norte de nuestro país, las familias de los migrantes indocumentados enfrentan otra problemática, la posibilidad de que éste inicie una nueva relación sentimental en los Estados Unidos y que dejen de tener contacto con su esposa e hijos en México, la mayoría de las veces sin ninguna explicación de por medio.


Tal es el caso de María Luisa Hernández de 29 años de edad, su pareja se fue y después de un tiempo le perdió la pista, "Ya no supe de él, creo que la distancia mato el amor, pero lo bueno es que no tuvimos hijos", quien recuerda como el hombre quien fuera su pareja por casi cinco años un día se dejo seducir por la idea de ganar "billetes verdes" como les llama ella, "aquí los dos trabajábamos, la verdad no ganábamos mucho, pero creo que éramos felices, o al menos yo sí lo era", afirma con voz clara.


Al principio las llamadas eran constantes, pero poco a poco de fueron siendo menos "Me llamaba cada quince días, después cada dos meses o tres meses, habíamos quedado en que mandaría por mi cuando tuviera trabajo y unos ahorros para rentar una casa, y cuando se lo recordaba me decía que esperara por que la situación no era fácil, hasta que de plano no llamo más".


María Luisa resume el final de su relación de la siguiente manera "no sé qué paso, pero para mí que se busco otra mujer, lo malo es que no fue claro y simplemente ya no me hablo, el teléfono que tenia de él ya no servía, de eso ya hace tres años así que ni modo, para mí está muerto, que más me queda" dice alzando los hombros.


El costo familiar de la migración


El panorama de la migración es complejo, de acuerdo con Cirila Quintero Ramírez, investigadora del Colegio de la Frontera Norte en Matamoros, esta ciudad por muchos años y hasta principios de la década de los 90´s fue uno de los principales corredores de la migración tanto legal como ilegal, junto con ciudades como Cd. Juárez y Tijuana, aunque actualmente es la ciudad de Reynosa la que presenta esta característica -de acuerdo a la Encuesta de Flujos Migratorios que efectúa el COLEF desde hace diez años-, por lo que para los habitantes de la región este tema es algo común.


La investigadora señala que dentro de las estadísticas se aprecia que tradicionalmente la migración hacia Estados Unidos ha sido predominantemente de varones, aunque desde hace diez años el perfil de este fenómeno ha ido cambiando y ahora se tiene de un 15 a 20 por ciento de mujeres migrantes.


Otro dato que se puede apreciar es que la edad del hombre que migra ha aumentado, de manera que antes era más frecuente que lo hicieran los jóvenes, y ahora se ha registrado un incremento en varones mayores de 30 años, esto como respuesta a la situación económica de México, la falta de opciones laborales, los bajos salarios y la pérdida del poder adquisitivo, destaca la investigadora.


De esta manera es más frecuente que el hombre que cruza la frontera en busca de trabajo deje una familia esperando, muchos con la idea de posteriormente buscar la forma de llevarla consigo

"Esta realidad se refleja en las entrevistas con mujeres de maquila, las cuales mencionan que una de las causas por las que asumen la jefatura de la familia, es porque el compañero migra en busca de oportunidades laborales, y si el hombre manda dinero la mujer distribuye el gasto, pero si no, tienen que buscar trabajo y muchas lo encuentran en la Industria Maquiladora", informa Quintero Ramírez.


Agrega que esta situación es tan común que incluso hay pueblos enteros en Michoacán a Jalisco donde sólo hay mujeres y niños como habitantes ya que a determinada edad los varones decide irse a los Estados Unidos, y solo regresan en vacaciones, en esos casos las mujeres ya contemplan la posibilidad de que podría no regresar porque les pasó algo, o porque formarán una nueva familia.


Apoyo del consulado


Sin embargo en estos casos el resignarse a la perdida no es la única opción, existen dependencias como las oficinas Consulares que ayudan en la localización de las y los mexicanos que hayan intentado cruzar a los Estados Unidos o que tengan tiempo sin estar en contacto con su familia en México.


Bárbara Gutiérrez Hernández, responsable del área de comunicación social del Consulado Mexicano en Brownsville, explicó que para esto la persona que inicie el trámite deberá presentarse en la Delegación de la Oficina de Relaciones Exteriores más cercana e identificarse como familiar de la persona desaparecida.


Como en la mayoría de los casos la familia tiene conocimiento del lugar por donde se pretendía viajar, se notifica al Consulado de esa zona a fin de que inicie la investigación, para lo cual se ponen en contacto con autoridades locales, como Servicios de Inmigración de Estados Unidos, cárceles, hospitales y en caso de que haya aparecido un cuerpo en el río también se investiga.


Agregó que se cuenta con un Sistema Integral de Protección Consular, en el cual se registra el caso y se le asigna un número de identificación y poniendo toda la información que se obtenga, indicó Gutiérrez Hernández.


Sin embargo aun cuando existan alternativas para tratar de localizar a los migrantes, muchos casos quedarán sin resolverse, o bien porque no haya datos o porque él mismo migrante no quiere ser encontrado, dejando en la incertidumbre a sus familiares.


Por lo que a pesar del panorama actual de la migración, con el incremento en las medidas de seguridad en la zona fronteriza que ha conseguido mover las rutas de los indocumentados a zonas más áridas y despobladas elevando el riesgo de muerte, estas situaciones seguirán repitiendo mientras haya quienes arriesguen su vida y estabilidad familiar con tal de llegar a los Estados Unidos.


Por ende, las historias de abandono que enfrentan las mujeres seguirán multiplicándose, y con ello el problema social que implica la desintegración familiar, a causa del famoso "sueño americano" que en realidad, para muchos de los que se van y la mayoría de quienes se quedan es más parecido a una pesadilla con consecuencias devastadoras.


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