lunes, 17 de agosto de 2009

Dependencias con cabezas femeninas: más allá del servicio público.



Por Blanca Isela Martínez
La frase de “mujeres juntas, ni difuntas” se acerca cada vez más a trascender en la historia como un mito, debido a la incursión que el llamado sexo débil tiene en la actualidad en un mayor número de ámbitos y por los resultados que esto genera.
Lo excepcional de las instituciones de servicio público manejadas por mujeres, no sólo está en su número, sino también en sus resultados, pues la labor que realizan va más allá de la simple atención a los usuarios, para extenderse hacia un espectro social, toda vez que ellas también efectúan una tarea de gestoría y de ayuda a la comunidad.
La Oficina Municipal de Enlace con la Secretaría de Relaciones Exteriores, es una de las pocas de Matamoros en las que predomina la presencia de personal femenino y su funcionamiento tiene un valor añadido al cumplimiento de sus obligaciones, cuando ellas aportan soluciones a múltiples problemas que se observan cada día entre las y los ciudadanos que allí acuden para efectuar trámites como la solicitud de su pasaporte.
En la misma situación se encuentra la delegación local del Instituto Tamaulipeco de Vivienda y Urbanización (ITAVU), de donde los residentes locales salen con algo más que los servicios relativos a su crédito, como la orientación que requieren para resolver situaciones que afectan su calidad de vida.
Las titulares de ambas dependencias también son féminas y narran que su ética les impide permanecer indiferentes hacia problemas que observan desde sus posiciones, en los que otras mujeres o familias enteras requieren apoyo para superarlos.
Desde trámites de pensión alimenticia para hijos menores de edad, hasta la canalización de conflictos familiares hacia las instituciones que puedan orientar a sus víctimas y resolverlos, forman parte del plus que ellas entregan, en el desempeño de su trabajo.

EMPODERAMIENTO FEMENINO
Como jefa de la Oficina Municipal de Enlace con la Secretaría de Relaciones Exteriores, Silvia Nelly Escobedo Guerrero dirige un equipo de trabajo integrado por 11 mujeres, encargadas de otorgar los diferentes servicios relativos al trámite de pasaportes.
Fuera del guardia de seguridad, que es masculino, el personal de esa dependencia es en su totalidad está integrado por madres de familia, esposas, hijas o hermanas de más personas que se involucran en su universo y estimulan el compromiso de luchar por construir un mundo mejor.
Orgullosa de contar en su mayoría con colaboradoras, la funcionaria asume que también su puesto es un logro, obtenido a base de esfuerzos, pero también de que el espacio se haya abierto para darle oportunidad a una mujer de encabezarlo.
“Creo que es importante reconocer que el presidente municipal tuvo la confianza de conferirme esta responsabilidad, pero no considero que haya sido difícil, en el sentido de que cuando uno camina o transita en un sentido de responsabilidad y de servicio, eso vale para poder incursionar en el servicio público”, expresó.
En su experiencia, la solidaridad con sus congéneres resulta por añadidura dentro de la función gubernamental que les corresponde hacer, ya que además de pasaportes, la Oficina de Enlace canaliza los documentos necesarios a la Secretaría de Relaciones Exteriores para la localización e mexicanos en el extranjero y de ese modo se ha llegado a familiarizar con la atención de casos como aquellos en que los padres de infantes trabajan fuera del país, para conseguir que les paguen pensión alimenticia.
La entrevistada destaca que dicha labor, al igual que la colaboración para rastrear a niños o niñas sustraídos de la nación sin el permiso de alguno o de ninguno de sus papás, requieren un trato delicado debido a su naturaleza adversa, para el cual las mujeres están más calificadas, dado que cuentan con un mayor grado de sensibilidad que los hombres.
Silvia Nelly Escobedo afirma que sin embargo, le calidez que en el trato las damas pueden tener en forma diferente a los varones, no significa que el resto de sus capacidades también sean distintas, pues se declara convencida de que tanto los unos como las otras, se encuentran en condiciones de desempeñar cualquier tarea que se propongan.

SORORIDAD
En el Instituto Tamaulipeco de Vivienda y Urbanización (ITAVU), delegación Matamoros, la plantilla laboral se compone por 12 personas del sexo femenino y cuatro hombres.
Al frente de todos ellos, Yannin García Delgado lucha por demostrar que no fue un desacierto poner en sus manos las riendas de esa oficina de gobierno estatal. Y es que su afán no solo radica en cubrir las expectativas de desempeño y eficiencia que se ponen en cualquier delegado, sino además, responder al compromiso que hizo con ella misma y aprovechar la oportunidad de su posición para ayudar a otras mujeres.
Consciente de la dificultad con que se llega a los puestos de decisión en cualquier organigrama, la entrevistada refiere que trabajar con las mujeres es una ventaja para alcanzar buenos resultados, pues observa en ellas un mayor grado de responsabilidad.
“No subestimo a los hombres, pero a veces nosotras tenemos más sensibilidad para entender a la gente, para explicarle lo que tiene que hacer y cómo. Yo siento que las empleadas de esta oficina son muy responsables en cada uno de sus actos, y tienen la atención también de decirle a la gente cuando debe que realizar algún trámite que no es en esta oficina a dónde tiene que ir”, expresó.
Asimismo hizo hincapié en que debido al carácter patrimonial de los servicios que el ITAVU brinda, en reiteradas ocasiones se reciben casos de mujeres que sufren violencia por parte de sus esposos, pero no quieren separase de ellos porque temen quedarse sin un techo seguro para ellas y sus hijos.
“Con frecuencia hallamos casos dramáticos de familias que contrataron un lote, por ejemplo, y que tienen conflictos por los que la pareja debe separarse, entonces las mujeres muchas veces vienen con nosotros a ver en qué manera van a quedar porque el hombre les quiere quitar el terreno, pero ellas consideran que es el patrimonio de sus hijos. En ese caso la responsable del área jurídica, Cinthya Vélez, trata de orientarlas para que puedan llegar a un arreglo satisfactorio, pero si no se puede, se les canaliza con otras instancias como el sistema DIF o los juzgados de lo familiar”, comentó.
La delegada de ITAVU en Matamoros mencionó que de igual modo, las trabajadoras de esa dependencia son testigos de distintos problemas entre los acreditados, tanto económicos como sociales, respecto a los cuales tienen cada una de ellas responde con calidez y calidad humana, lo cual propicia mejores los resultados de su trabajo, ya que además del servicio que tienen por obligación, ellas orientan al público hacia las distintas alternativas de solución que tienen a su alcance.
“Quizá muchos se puedan preguntar qué les importa lo que le pase a las demás personas, pero el simple hecho de ser mujeres y de estar en el mismo canal o situación de la vida, hace que usemos esa capacidad que tenemos para tratar de ayudar y darles la mejor orientación”, reflexiona Yannin García Delgado.

INEQUIDAD DE GENERO
A pesar que sus actos derriban de las teorías sobre la imposibilidad de que las mujeres pueden aliarse y avanzar, quienes ya están arriba del barco que navega hacia la igualdad de oportunidades identifican ese objetivo como algo aún distante de la realidad actual.
“Todavía falta aplicar más visión de género en las instituciones de servicio público, ya que es muy poca la oportunidad que se le está dando a la mujer para ocupar puestos los organismos de gobierno y en la cuestión pública. Creo que tenemos mucho más para dar, ya que tenemos capacidad para participar en cualquier otro ámbito e incluso gobernar ¿por qué no?”, manifiesta Yannin García Delgado.
Al poner como ejemplo que los cargos directivos en empresas y dependencias son ocupados primordialmente por señores, Silvia Nelly Escobedo también se pronuncia a favor de hacer a un lado los prejuicios que por generaciones han segregado al sexo femenino, pues considera que a pesar de las diferencias físicas, sicológicas y mentales, tanto los hombres como las mujeres merecen igual acceso a las oportunidades.
“Las oportunidades son para ambos sexos y de acuerdo a nuestra constitución física, yo considero que no hay mayor dificultad para mujeres que para hombres cuando se trata de trabajar o servir en una función como la que estoy desempeñando, en este caso no influye el género”, dijo.

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