Por: María del Socorro García
La desigualdad social es un fenómeno universal, mientras muchas personas no tienen para comer o para curar sus enfermedades, otras tienen dinero y bienes más de lo que pueden necesitar en toda su vida.
En nuestro país los problemas de pobreza, inequidad social, marginación y exclusión de ciertos grupos son ancestrales. Un ejemplo muy claro son las condiciones de desigualdad que viven los pueblos indígenas, la escasa o mala educación que reciben ; la explotación económica de su trabajo, sus condiciones de pobreza extrema, sin acceso a los servicios públicos de salud, el despojo de sus recursos naturales por parte de gente pudiente, su falta de poder o la falta de representación política etcétera , etcétera.
En sentido general, la gente que se encuentra en condiciones de desigualdad, sufre discriminación y exclusión como resultado de relaciones de poder económico, político social y cultural, impuestas por los grupos que tradicionalmente han dominado a la sociedad económica.
En México la discriminación se muestra de muy distinta formas; inequidad en la distribución de la riqueza, desigualdad de oportunidades , pobreza, subdesarrollo, el machismo e intolerancia hacia lo diverso, afectando a grupos concretos como las mujeres, las niñas y niños, las personas adultas mayores, las personas con discapacidades, las y los campesinos, las personas migrantes, las personas homosexuales, las minorías religiosas, los pueblos indígenas entre otros.
Los que tienen el poder en sus manos, son los únicos que se benefician con el estado actual de cosas, han logrado que prácticas discriminatorias se invisibilicen, es decir que sean aceptadas como “normales” , mediante la implementación de un sistema capaz de promover y reforzar su existencia es decir se han valido de una ideología.
Por todo lo anterior, la Secretaria de Educación en Tamaulipas a través del programa Prevención de la Violencia hacia la Mujer ( Previolem) está capacitando a las maestras y maestros para prevenir la discriminación, la violencia contra las mujeres y las niñas, partiendo y reconociendo que es la educación el eje central donde se sustenta la convivencia y la vida en paz .
Esperemos que este programa obtenga el apoyo necesario por parte de las autoridades educativas y por parte de los docentes, ya que constituye un esfuerzo por evitar la reproducción de prácticas estereotipadas discriminatorias, sexistas y buscar promover la equidad entre los géneros como criterios de las acciones que se viven día a día en la escuela, una gran responsabilidad y compromisos en la defensa y el respeto de los derechos humanos y la discriminación que tienen nuestros maestros y maestras en Tamaulipas en estos tiempos de violencia que estamos viviendo.
Gracias por su atención red_de_periodistas@hotmail.com
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