viernes, 12 de abril de 2013

“DESDE LA RED” de Mujeres Periodistas de Matamoros. Trabajadoras Domésticas.

Por: Samara del Toro

Bajos sueldos, malos tratos y explotación laboral, son algunas de las situaciones que con frecuencia enfrenta quien se dedica al trabajo doméstico, siendo en su gran mayoría mujeres -poco más del 90 por ciento- esto de acuerdo a datos del INEGI mismos que muestran que son 2.2 millones de personas en México que se dedican a esta actividad. 

El pasado 30 de marzo, se celebró el Día Internacional del Trabajo Doméstico, permitiendo que se ponga sobre la agenda pública este tema, el cual nos permite percibir en parte la realidad que enfrentan las trabajadoras domésticas. 

La falta de garantías laborales y de seguridad social son un problema que asumen como "normal" quienes realizan este trabajo a cambio de una remuneración económica y en algunos casos extremos, incluso a cambio de comida y hospedaje como ocurre con muchas mujeres y niñas indígenas de quienes se abusa a cambio de ofrecerle la oportunidad de estudiar. 

El trabajo doméstico refleja la diferencia de clases sociales, ya que más del 70 por ciento de quienes lo realizan son mujeres que viven en la pobreza, quienes también son objeto de discriminación y rechazo, muestra de ello son las múltiples palabras despectivas que se usan para llamarlas. 

De acuerdo al Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México -Copred- es necesaria una reforma laboral incluyente en la que se reconozca el valor económico y social del trabajo que realizan, y llamó a no discriminar a este gremio, en el cual son las mujeres indígenas las más vulnerables, puesto que las condiciones laborales a las que se les somete rayan en la explotación laboral. 

Asimismo ante este contexto, vemos con frecuencia que tanto hombres como mujeres, minimizan el trabajo doméstico, por lo que consideran que debe permanecer sin regulación, atentando contra los derechos humanos de quienes realizan esta importante labor, que sin lugar a dudas nos permite a las mujeres incursionar de forma más activa en el ámbito profesional. 

Es por ello que desde lo privado, podemos empezar a ver con otros ojos el trabajo doméstico, valorando y eliminando las etiquetas despectivas que le damos a quienes realizan esta labor, y sobre todo agradeciendo el servicio que se presta con sueldos justos, jornadas de trabajo legales y un trato respetuoso para quienes nos facilitan la vida manteniendo el orden nuestros hogares.

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